Una Aproximación a la
Irreverencia de García Lorca.
San Judas Tadeo, patrono de los
Imposibles. Fue parido sin dolor. Mientras su madre tendía la ropa en cordones
de lana amarillos asomó su cabeza al mundo, cayendo sobre un montón de camisas
de encaje, las mismas que su madre tendía para la reina de Jerusalén. No lloró
como hacen los demás niños al nacer en este valle de lágrimas sino que,
flotando tal una leve pompa de jabón, se sostuvo delante de su asombrada madre
que sorprendida ya intuyó que su descendiente iba a ser muy milagroso. A los
tres años de edad ya sabía hablar y recitaba de memoria el nombre de todos los
reyes de Egipto desde la primera a la vigesimonovena dinastía. Al cundir su
fama de milagrero por Jerusalén, él y su nana tuvieron que huir de Tierra Santa
escondidos en ánforas de aceite, para llegar finalmente a España, Iberia en
aquello años, donde encontraron la protección de Santiago matamoros. Con diez
años de edad hizo su primer milagro, dejó embarazada a todas las mozas de la
región, por lo que tuvieron que huir nuevamente, él y su madre, de la ciudad en
la que residían para llegar a Hispalis, ciudad de San Isidoro. Dicen que curaba
las migrañas y las transformaba en orgasmos, y que podía escuchar sin ser
visto, todos los planes del Alcalde y del Obispo. Hacía posible lo imposible, y
una casa demolida por ruina fue reconstruida en media hora por su divina
intercesión, ante los ojos asombrados de los sevillanos. Sabía componer las
notas que los niños llevaban a sus padres para que los ceros patateros se
metamorfosearan en dieses y las firmas suplantadas fueran reales. Con cincuenta
años de edad peregrinó a Roma, cosa que hizo en cinco minutos, presentándose al
Papa totalmente desnudo y envuelto en un halo de gloria, dorado y fúlgido. El
Papa quedó ciego de golpe ante la inmensa revelación pero San Judas Tadeo lo
sanó con la lagrimilla de una monja, devolviéndole la vista. Con sesenta años
de edad, después de haber realizado cien millones de milagros, reconocidos
oficialmente por el Register of Miracolum of Vaticano, fue sometido a martirio
por los habitantes de Ratisbona, incrédulos, herejes, y paganos, al no haber
podido hacer que los ratones abandonasen aquella aldea. Fue torturado y
martirizado con hierros candentes, que sobre su piel se apagaban
instantáneamente sin dejar huella por lo que finalmente le cortaron la cabeza.
Su alma ascendió a los cielos entre gritos de júbilo y cánticos desesperados.
Su último y primer milagro, después de muerto, fue hacer que la paja de las
caballerizas del Conde Floristo se transformase en oro, cosa que certificó el
notario de Ratisbona ante la incredulidad del vulgo. Desde los cielos concede y
logra cualquier asunto que se le pida con fe. Quita los males de ojo, y es el
santo favorito de los jugadores de Póker y de loterías. Se le debe de rezar
trescientos padrenuestros por la mañana y trescientos padrenuestro al
acostarse. Desde su oficina en los cielos se dirige a Dios con potestades cuasi
plenipotenciarias, saltándose el escalafón de mando de San Juan, San Pancracio,
y San Pedro. Digamos que es el Ombusman de los asuntos dificilísimos. Intercede
de manera acertadísima en los casos de embarazo y paternidad, pero es incapaz
de curar los resfriados, ya que estos se curan solos o se complican. Tiene
lugares de oración y estatuas o imágenes en todos los conventos, iglesias, y
capillas del mundo. La más famosa de sus imágenes se venera en la localidad de
San Jacinto de Alcántara, Extremadura, donde forma parte de una antiquísima
romería. Cada seis de Mayo, los parroquianos le sacan en andas y hombros
enfervorizados nada más amanecer el día, los pájaros le reciben con un coro de
píos y aleluyas y las mujeres se desmayan y quedan inmediatamente preñadas, las
que lo piden, en cuanto el santo sale de la ermita. Es tal el fervor que desata
que en las inmediaciones del pueblo un millón de romeros peregrina para verlo
amanecer, y trasnocha ese día y no se van hasta el día siguiente, cuando vuelve
a entrar en la ermita después de haber sido adorado por sus fieles, entre
gritos y palomas blanquísimas. Su último milagro conocido ha sido curar de mal
de vientre a una moza de Chupalanpequí, Perú, hecho publicado por el periódico
digital, Estrellita cibernética. Mandar este mensaje a tres personas y rezar
dos padrenuestros y una Avemaría con fervor pidiendo salud.
(Que quede constancia de que yo,
siempre que paso, y entro, dentro de la Iglesia del Santo Entierro, Sevilla,
donde está una imagen de San Judas Tadeo, dejo dos o tres monedas en la hucha
del Santo, por si acaso). Cosas hay en el cielo y en la tierra que no puede
explicar tu filosofía.
Enero 15, 2007
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