lunes, 12 de enero de 2015

El Espantapájaros verde.

El espantapájaros verde llegó a la colonia de los espantapájaros azules. Desde el primer momento que lo vio el jefe de los espantapájaros azules se dijo a si mismo: este chico nuevo tiene que jugar conmigo a las cartas aunque tenga que matarlo. Empezó a dar órdenes a los demás espantapájaros azules. Se movían todos bailando y jugando entre sí, y los pájaros de colores, violetas, amarillos, rojos, revoloteaban sobre sus sombreros en bandadas frenéticas llenas de armonía y sincronicidad. Los pájaros lanzaban trinos de lilas, trinos de cristal, diminutas campanitas que encerraban campanitas aún más diminutas, diapasoncitos que titilaban como pequeñísimas estrellas, minúsculos grillos cabezones y muy negros que salían de las gargantas como gotitas de agua, silbos de plata y de oro, dorados y fulgentes como la absenta esmeralda, o fucsias y morados como los anocheceres. Los espantapájaros los hacían volar una y otra vez para que todo el mar de espigas amarillas se deslumbrara de su propia belleza. El viento ondulaba la explotación rabiosamente amarilla y hacía a los espantapájaros bailar un concierto de magia. El espantapájaros verde entabló conversación con el jefe de los espantapájaros azules. Pero no se quisieron, se enfrentaron desde el primer momento. Lástima. Los espantapájaros azules decidieron a una orden de su jefe bailar la danza de los cuervos negros. Danza macabra llena de esqueletos y monstruos bubosos que surgía de la tierra voraz  como terribles serpientes, gusanos y vermes repulsivos. El espantapájaros verde se llenó de arañas, grandes arañas de plumas negras y entonces acudió en su defensa el jefe de los espantapájaros azules. El miedo cesó y el muchacho se alegró profundamente y decidió jugar a las cartas con el jefe de los espantapájaros azules. Ni que decir tiene que la madre del espantapájaros verde lo perdió todo y se quedó en la ruina. No quedan ya espantapájaros verdes, porque la hermana de la madre del espantapájaros verde se ha dado cuenta de que todo se lo come un espantapájaros azul que es feo y malvado y tiene un corazón negro como la muerte.


Noviembre 15, 2006

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