martes, 23 de diciembre de 2014

El Cesar Biólogo.

Desafié al Cesar. El más soberbio y cruel Cesar que observaron los tiempos. Fui un imprudente, un loco, un subnormal. Desafié al Cesar. Además involucré a mis amigos en la conspiración, ellos han sufrido incluso peor suerte que yo. Alguien nos vendió por unas monedas, como a Jesucristo Judas. O quizás sus servicios de espionaje son perfectos. Y lo peor fue la condena a la que me han sometido. El Cesar de pequeño quiso ser biólogo, no Cesar, y estudió la biología y la fisiología animal. ¡¡¡¡Qué imprudente fui desafiándole!!!!. No ha nacido un ser más brutal y cruel y refinado. Un exquisito monstruo. No podéis ni imaginar lo que le ha hecho a uno de mis compañeros en la conspiración. Pero sí que os puedo contar lo que me ha hecho a mi: me arrancó los dientes, me cosió los labios, (muy pronto los músculos de mi mandíbula se atrofiarán), y luego, ebrio de maldad, me despellejó vivo, pero no me mató, fue exquisito hasta el espanto, transplantó epitelio intestinal cultivado a la piel arrancada, y me convirtió en el Hombre Intestino. Ahora soy como una rana sumergida en un tubo de digestión, me alimento a través de la piel y respiro por una sonda. Soy enteramente piel de intestino. (En este mismo momento el escritor del relato se pregunta si ha de sentir o no dolor el protagonista de su escrito y no conoce la respuesta). Pero lo que le ha hecho a un compañero es todavía más inmarcesible. No me atrevo a contároslo.

Abril 12, 2006


No hay comentarios:

Publicar un comentario