domingo, 1 de febrero de 2015

Marte.

En los primeros días de la colonización en Marte se enviaron cohetes con un mecanismo de fisión nuclear que creaba agua a partir de arena, un mecanismo termonuclear al servicio de la terraformación marciana. La terragénesis funcionó perfectamente y durante más de un siglo se emitió vapor de agua a la atmósfera carbónica del planeta creada directamente de la fisión termonuclear de la sílice marciana. Los cohetes eran al mismo tiempo inmensas excavadoras que extraían la arenisca de la superficie y a su vez, enormes centrales nucleares de fisión atómica. Llevar hombres a Marte era una tarea en aquel momento imposible. El vapor de agua emitido condensaba en la altura y la primera lluvia sobre Marte fue todo un acontecimiento de esperanza para la humanidad. Poco a poco fuimos capaces de crear ríos y lagos que lentamente erosionaron la superficie del planeta, aunque no fuimos capaces de crear mares salados, pues en Marte no había Cloruro Sódico. Luego empleamos todo tipo de algas para repoblar aquello, preparándolo para la colonización humana. Y más tarde soltamos los primeros peces. La cantidad de agua pesada que había en el ambiente era excesiva para un ser humano normal, sabíamos que el humano enviado a Marte sólo viviría una media de cincuenta años, pero la falta de recursos en la tierra había hecho descender la esperanza de vida global media humana a los cuarenta y cinco, y sólo una casta de científicos y políticos llegaba a la media de ciento doce años, y no es que la medicina fuera mala, que no lo era en absoluto, prácticamente no había enfermedades, es sencillamente que no había comida para todo el mundo y decidimos que los mayores de cincuenta años debían ser asesinados eugenésicamente, salvo si eran seres de dotes y dones excepcionales. Los primeros pobladores humanos de Marte fueron cincuenta hombres y veinticinco mujeres. Luego enviamos un centenar más, y seguimos enviando hombres actualmente. Por eso la población mundial en la Tierra ahora mismo es de veinte mil millones de seres, y la población humana en Marte es apenas de unas diez mil almas. Es una población excepcionalmente Joven que se enfrenta a toda clase de peligros, los peces que enviamos se han reproducido y mutado de una manera realmente estrambótica, sus formas y colores son espectacularmente extraños y están empezando a colonizar no sólo el suelo marciano sino incluso el aire, no se sabe si el proceso se debe al agua pesada residual o a la inexistencia de una capa de ozono en condiciones pero la evolución avanza a pasos rapidísimos, a una velocidad desaprensiva, además, al ser los mares marcianos de agua dulce su nivel endógeno de bacterias, hongos, y protozoos es muy elevado. Estrafalarios pecesinsectos, que descienden de peces terráqueos, e insectos que a su vez descienden propiamente de insectos mismamente terrenos, pueblan los aires y las aguas de Marte, hongos gigantes que han evolucionado de oomycétidos comunes colonizan las playas sin mareas de los lagos y ríos marcianos. Todo tipo de algas habitan en las frondosas, extravagantes, y peligrosísimas riberas, algas carnívoras y plantas espinosas que en la tierra eran fósiles vivientes y que sin embargo aquí son lo más evolucionado y chabacano que existe. Sin embargo no hemos llevado mamíferos a estas tierras salvo conejos, algún que otro pájaro y ratas. Sólo las ratas, los conejos, y los gorriones se han adaptado, pero los gorriones no pueden competir ya casi con los insectospeces voladores y están prácticamente al borde de la extinción.  Las ratas son gigantescas igual que los conejos y se depredan entre varias razas, descendientes de sus primitivos padres, entre sí, con una ferocidad sin piedad rayana en lo macabro, con una apoteosis de bestialidad sin cuento. Shiiko Ontri, corazón salado, apagó su ordenador y dejó de escribir el Tema que le habían pedido en clase.

Febrero 23, 2007

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